martes, 8 de septiembre de 2009

La gripe pandémica de 2009 es la primera que se produce desde la aparición del VIH/sida


La OMS aconseja a los países del hemisferio norte que se preparen para una segunda oleada de propagación de la pandemia. Los países de clima tropical, a los que el virus pandémico llegó más tarde, también necesitan prepararse para atender un número creciente de casos.

Los países de las zonas templadas del hemisferio sur deberían permanecer vigilantes. La experiencia demuestra que, aunque el momento álgido de la pandemia ya haya pasado, pueden persistir "puntos rojos" localizados de transmisión intensa.



Grandes poblaciones vulnerables a la infección...

Vigilancia de la farmacorresistencia...

Distinta de la gripe estacional

Los grupos de edad afectados por esta pandemia son por lo general más jóvenes, tanto si se considera la frecuencia de infección como, sobre todo, el número de casos graves o mortales.
Hasta la fecha, la mayoría de los casos graves y mortales se han dado en adultos de menos de 50 años, y las defunciones de personas de edad avanzada han sido relativamente raras.


Insuficiencia respiratoria grave

Durante el invierno vivido en el hemisferio sur, varios países han comprobado que la necesidad de cuidados intensivos representa la mayor carga para los servicios de salud. Algunas ciudades de esos países han señalado que casi el 15% de los casos hospitalizados han requerido cuidados intensivos.
Grupos vulnerables


Es ya un hecho repetidamente documentado en todos los países que el embarazo acarrea un mayor riesgo, y ese dato adquiere especial relevancia si consideramos que este virus afecta preferentemente a los jóvenes.
Los datos reunidos siguen confirmando que algunas dolencias acentúan el riesgo de que la enfermedad adquiera gravedad o conduzca a la muerte. Entre ellas cabe citar las enfermedades respiratorias, especialmente el asma, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y los estados de inmunodepresión.
La obesidad, presente con frecuencia en los casos graves y mortales, constituye hoy día una epidemia mundial.
Además, enfermedades como el asma y la diabetes no suelen considerarse mortíferas, especialmente entre los niños y los adultos jóvenes. Las defunciones de personas jóvenes por esas causas, precipitadas por la infección gripal, son otra posible dimensión del impacto de la pandemia.

Mayor riesgo de hospitalización y muerte

Dado que gran parte de los datos disponibles sobre la pandemia proceden de países ricos y de ingresos medios, habrá que vigilar estrechamente la situación en los países en desarrollo. Un virus que ha causado trastornos manejables en los países prósperos puede tener efectos devastadores en muchas partes del mundo en desarrollo.

Coinfección por el VIH...


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