¿Cuáles son los puntos destacados de la nueva Guía Europea de HTA 2007?
Definición y clasificación de la HTA:
Para realizar un diagnóstico adecuado y acceder a una guía de tratamiento se requiere de mediciones apropiadas de la TA y de una evaluación del riesgo cardiovascular.
El riesgo absoluto se emplea para guiar el tratamiento en pacientes ancianos y el riesgo relativo en personas jóvenes.
Se enfatiza que el descenso de la TA per se es protector en pacientes hipertensos.
Se mantiene la clasificación de HTA de la Guía 2003 con tres nuevas cláusulas:
1. Si la TA sistólica entra en diferentes categorías, se toma la categoría mayor para cuantificar el riesgo CV global, seleccionar fármacos y estimar la eficacia del tratamiento.
2. La HTA sistólica aislada debe ser graduada (grados: 1; 2;3) de acuerdo a los mismos valores indicados para la presión sisto.-diastólica. La asociación con baja presión diastólica debe considerarse como un riesgo adicional. El umbral para definir y tratar la HTA debe considerarse de manera flexible basado en el nivel de TA y el riesgo CV total.
3. Los factores de riesgo múltiples: diabetes o daño de órgano blanco (incluso en personas con presión “normal alta”) ubican al paciente en la categoría de “alto riesgo”.
Metas del tratamiento:
· Reducir la TA para disminuir el riesgo y prevenir eventos CV.
· Prevenir el empeoramiento del daño de órganos blanco.
· Prevenir la aparición de condiciones de alto riesgo como diabetes, proteinuria entre otras.
Tratamiento:
Se enfatizó en el concepto de “umbral flexible” para iniciar el tratamiento con drogas:
· Más de 140/90 mm Hg en todos los pacientes hipertensos
· Menos de 140/90 mm Hg en pacientes de alto riesgo
* El tratamiento farmacológico debe comenzarse en personas que fueron consideras como “normotensos” en guías previas.
* Los cambios de estilo de vida se recomiendan a todos.
* Tanto para iniciar como para el mantenimiento pueden emplearse diversas clases de drogas.
* Las evidencias avalan la importancia de reducir la presión arterial per se más que la selección del tipo de fármaco para obtener el mayor beneficio.
* Las evidencias avalan el uso de ciertas drogas versus otras en varias condiciones clínicas detalladas en la guía.
* El tratamiento combinado debe considerarse también como una muy buena opción.
* En pacientes de alto riesgo, el nivel de reducción de la TA en los primeros seis meses resulta crucial para prevenir eventos.
* El objetivo debe ser de 130/80 mm Hg en pacientes con diabetes, enfermedad renal, creberovascular o coronaria.
Identificación del daño de órgano blanco:
Existen diversos tests con suficiente evidencia disponible para recomendarlos en la evaluación rutinaria del daño de órganos blanco.
Debe evaluarse el daño en múltiples órganos (corazón, vasos, riñón, cerebro) ya que el daño asociado a la hipertensión arterial es multiorgánico y empeora el pronóstico.
La evaluación de rutina deberá incluir. Microalbuminuria, creatinina sérica, filtración glomerular, entre otros.
También se recomienda la determinación de la relación codo/tobillo y la velocidad del pulso.
El daño de órgano blanco debe ser evaluado a lo largo del tratamiento.
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