lunes, 31 de agosto de 2009

Recomendaciones sobre el uso de los antivíricos

Los casos graves se deben tratar de inmediato

Actualmente, el virus pandémico es sensible al efecto de ambos medicamentos, llamados inhibidores de la neuraminidasa, pero resistente a otra clase de antivíricos, los inhibidores de M2.

Desde un punto de vista individual, las decisiones sobre el tratamiento de un paciente determinado deberían basarse en su estado clínico y en lo que se sabe acerca de la presencia del virus en la comunidad.

Los datos de investigación examinados por el cuadro de expertos indican que el oseltamivir, cuando se prescribe correctamente, puede disminuir considerablemente el riesgo de neumonía (una de las principales causas de muerte por gripe pandémica o estacional) y la necesidad de hospitalización.

A nivel mundial, más o menos 40% de los casos graves se están observando en niños y adultos, por lo común menores de 50 años, que anteriormente estaban sanos.

Esta recomendación rige para todos los grupos de pacientes, en particular las embarazadas, y para todos los grupos etarios, en especial los niños pequeños, incluidos los menores de 1 año.

Algunos de estos enfermos experimentan un deterioro repentino y muy acelerado de su estado clínico, por lo común al quinto o sexto día a partir del inicio de los síntomas.

El deterioro clínico se caracteriza por neumonía vírica primaria, que destruye el tejido pulmonar y no reacciona a los antibióticos, y la insuficiencia de muchos órganos, especialmente el corazón, los riñones y el hígado. Estos enfermos tienen que ser internados en la unidad de cuidados intensivos, donde se les puedan administrar distintos tratamientos además de los antivíricos.

El personal sanitario asistencial, los pacientes y las personas que cuidan de ellos en casa tienen que estar muy alerta para detectar los signos de advertencia que indican la evolución hacia una forma más grave de la gripe con el fin de tomar medidas urgentes, entre ellas el tratamiento con oseltamivir. En casos de gripe grave o que empeora, los médicos pueden considerar la conveniencia de administrar dosis más altas, y por más tiempo, de oseltamivir que las que se prescriben normalmente.

Signos de peligro en todos los pacientes

  • sensación de falta de aire, ya sea en reposo o al hacer esfuerzos físicos;
  • dificultad para respirar;
  • aspecto azulado o amoratado de la piel y los labios;
  • esputo sanguinolento o de color anormal;
  • dolor torácico;
  • alteraciones de la conciencia;
  • fiebre elevada que persista por más de tres días;
  • caida de la presion arterial.

El uso de antivíricos en los niños

La OMS recomienda la pronta administración de antivíricos a los niños aquejados de una gripe grave o que empeora, así como a los que presentan riesgo de sufrir una gripe más grave o complicada. La recomendación se refiere en particular a los niños menores de 5 años, pues a esta edad existe un riesgo mayor de padecer una gripe más grave.

Los niños mayores de 5 años y que por lo demás están sanos no necesitan el tratamiento con antivíricos a menos que la gripe persista o empeore.

En los niños, los signos de peligro consisten en respiración acelerada, dificultad para respirar, torpor, dificultad para despertarse y pocas ganas o ninguna de jugar.


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