Las personas que presentan un alto grado de obesidad tienen una esperanza de vida entre 10 y 15 años más corta que el resto de la población, lo que hace que por primera vez la expectativa de vida de los hijos sea inferior a la de padres y abuelos, a consecuencia de inadecuados hábitos alimenticios, advierten especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con este escenario de sobrepeso y la obesidad, el papel del dietista y/o nutriólogo ocupa un lugar importante para que la población aprenda a cambiar sus hábitos al comer y logre un sano equilibrio entre lo que consume y su actividad física.
El “Plato del buen comer”, incluye productos de la pirámide alimenticia y divide los alimentos en tres grupos: verduras y frutas; cereales y leguminosas y alimentos de origen animal, que conforma un menú variado, completo, suficiente y equilibrado.
A esto hay que agregar caminatas de 10 a 20 minutos después de la comida o una actividad doméstica como lavar trastes, barrer y evitar sentarse, acostarse, beber alcohol, fumar, consumir golosinas y nunca comer entre comidas.
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