lunes, 16 de enero de 2012

Dieta Mediterránea: algo más que una foma de alimentarse.

Las características principales de esta alimentación son un alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales, el aceite de oliva como grasa principal y el consumo regular de vino en cantidades moderadas.


Un reciente metaanálisis publicado en Journal of The American College of Cardiology concluye que la adherencia a la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de síndrome metabólico. La Dieta Mediterranea tiene un  papel protector en los componentes del síndrome metabólico como la circunferencia de la cintura, el perfil lipídico, la presión arterial sistólica y diastólica, y la glucosa.
 
El 16 de noviembre de 2010 fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

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