-
Mejora
de las capacidades físicas, especialmente la flexibilidad y la fuerza.
-
Reduce
la ansiedad y la depresión, aumentando la sensación de bienestar.
-
Aumenta
la autonomía personal.
- Mejora
de la coordinación y equilibrio.
Los programas de ejercicio deben estar diseñados para activar los grandes
grupos musculares de forma segura, evitando el uso excesivo y bloqueo de la
conducción cuando la debilidad está presente.
Es preferible un buen equilibrio entre ejercicio físico y descanso, que la
inmovilidad para reducir la fatiga y sus efectos.
-
Las
personas con EM pueden realizar ejercicios aeróbicos de forma segura, y
el resultado es mayor aptitud. Los beneficios secundarios son la
reducción de la depresión y la ansiedad, así como una mayor sensación
de bienestar. El ritual de ejercicio permite a una persona con EM a ser
proactivos. Mejorar el estado físico disminuye la morbilidad resultante
de las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades que se
desarrollan como consecuencia de la inmovilidad
-
Otros
ejercicios que aumenten el rango de movimiento, tales como Thai Chi o el
yoga, pueden ser muy eficaces. Como los ejercicios de fuerza y los de
resistencia del peso del propio cuerpo. Estas actividades pueden ayudar a
mantener la fuerza necesaria para llevar a cabo las funciones esenciales
de todos los días.
-
Las
actividades acuáticas son en teoría útiles para mantener y/o mejorar el
equilibrio, la coordinación y el estado funcional.
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